lunes, 1 de febrero de 2010

NOCHE EN ABSENT

Esta aguja que me sigue chuzando la garganta, no hace más que herirme cada vez más…

Día de conclusión de labores académicas y laborales. Terminación también del homenajillo “galletudo” a los iniciados en mi disciplina. Cosa interesante. Camine hace el segundo piso de “B” dispuesta a ayudarle a “la aburrida” (la llamare así por anonimato y por ganas de joderle la vida) con su PDG, cosa interesante. En fin, como todo intento de trabajo un viernes en la noche, resultó fallido y en su lugar empezamos a hablar de productos que ayudarían al hombre mayor “inestable” a recupera su virilidad y su estabilidad, cosa interesante. Poco a poco el palo seco se halla de una manera fuerte entre nuestras risas, lo cual desemboca en la ida al súper más cercano, Cosa peligrosa. Cosa divertida que, en medio de discusiones y cervezas regadas la noche llegaba a su nacimiento. Vamos a la casa de Paulo! Cosa interesante.

Si lo sé, y me gusta saberlo, que soy una de las que simplemente se da a la suerte de la noche, cuando está en su máximo fervor de nostalgia…

Todos en un auto, Cosa extraña. Contemplaba con el movimiento el detalle blanco que le di esa tarde a la aburrida, el cual colgaba de su maleta, que me recuerda a la de Angus Young, y se movía incesantemente, las sombras y luces del camino hacían que me imaginara que se reía de mí, Cosa muy Extraña.

Llegando a una casa, cosa lujosa, la naturaleza translucía oscura en el ritual de seguimiento hasta la puerta, entrada triunfal normal, saludos, conocimiento del lugar, y interés por muchos sofás que poblaban su vivienda.

Y allí en la mano que pertenecía a Paulo se encontraba, absent. Absent, ausente lo llamaré, como si fuera un ente más de la reunión de viernes en la noche. Ausente tenía muchos colores, bueno, en mi cabeza ya que solo porta un color único, pero, la ausencia a veces es sinónimo de imaginar colores y formas en su remplazo. Pero eso no pasaba con ausente. Para no meterme en simbolismos y comentarios sublimes de mi caja de demonios, simplemente diré que era la botella más extraña que había visto después de la del gusano rojo. Y de un color que no mencionare, cosa egoísta.

Algunos tragos de vino, “terminator” decía la aburrida, con cara de no aburrida, a uno de los compañeros. Cosa chistosa. Saber, saberse el fuego en una copa de ausente. Azúcar, fuego y alcohol, tal vez la alquimia que necesitaba esa noche para llorar y olvidar. Alquimia que termina por quemarme el brazo y el poco pelaje que uso para calentarme en invierno, cosa mala.

Charlas, risas, alquimia, ausente, terminator, todo como para no importarme mi cara gastada al mirarme al espejo, solo me sentía bien en mucho tiempo, cosa buena.

Después vino el mar y el barco, es decir, yo, la endemoniada, mas endemoniada que de costumbre y, la aburrida. Qué cosas. Creo que de las borracheras en mi vida, es decir, las escasas borracheras, jamás, jamás le había inundado el barco a nadie… cosa que paso en mucho tiempo de la joven noche del absent, en la cual, no hacía nada más que navegar y navegar en el enorme mar… mar salado, mar nostálgico, y la aburrida, el barquito de papel, que me hacía creer que sentía la necesidad de escucharme… cosa buena. Lo creí así. Pensé. Que el tiempo habían sido solo segundos, pero, la nostalgia pasaba, el mar se secaba. Conocer esa noche a la aburrida fue buena cosa. Hacía rato mucho rato que no aparecían especímenes preocupándose por los endemoniados que se hunden en el mar… los pensé extintos…en fin, le debo un helado, aun siendo aburrida, se lo ganó.

El drama pasaba y seguían los ausentes… cosa ilegal, cosa peligrosa. Ausentes, y mas terminator, que lo que hizo fue resetearme y ponerme en estado de hibernación.

Dicen que solo di dos pasos y ya no podía más. Dicen que me cargaron y que casi me caigo. Dicen que me caí. Dicen las malas lenguas que me fume un cigarrillo inconsciente, cosa mala.

7 de la mañana. Mucha luz, suave descanso en mi cabeza, la aburrida moviéndome, no sé donde, pero moviéndome para que reaccionara frente a la situación de un sobre uso del aparato comunicador por parte de la gente que se preocupa por mí. Llamadas, personas, todo está bien. Pero no estoy bien, cosa normal por estos días.

Buenas personas, buen (y nostálgico) momento, la aburrida muy aburrida, Paulo regañándome por casi incendiar su casa, mano en el congelador, celular en la nevera…

Una ausencia de felicidad, de conciencia y después de un baño… todo seguía como se había quedado… no más ausente.

1 comentario:

  1. El black-out de tu vida!!! te montaste de trio pues con el ausente y el terminator. Seguro que hubieron muchas cosas más que no dices que te dijieron o que no te dijiero que hiciste, pues no dudo que ese par lo llena a uno de "ideas" del otro mundo.

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