martes, 17 de noviembre de 2009

El discurso de la caballerosidad ...

Eran las 9 y pico de la mañana. Nos encontrábamos “estudiando” para fundamentos del derecho constitucional, varios compañeros de clase y yo, en un cubículo que alquilamos de la biblioteca de la universidad. Al entrar al cubículo vimos cuatro asientos, y éramos como 6 personas. Dos de los hombres se pusieron cómodos en dos de los asientos, y una de las nenas en otro. Yo me fui y regrese al rato, y vi que había un asiento libre y dos compañeros en el piso, una nena y un niño. Así que decidí, tal vez de una forma silenciosamente déspota y egoísta sentarme sin cederle el asiento a nadie. Conecte mi portátil y empezamos a estudiar. Durante nuestro exhaustivo y arduo proceso de recordar datos claves de la clase para la preparación de nuestro examen final, la compañera sentada en el piso, Jenny, leyó un aparte de la lectura el cual nos aclaraba cierta duda. Mi compañero de al lado, el cual dirigía el proceso de estudio, se alarmo y le dijo a mi otro compañero sentado en la mesa: “oiga, usted por que no es tan caballero y deja que la niña se siente allí?!” mi otro compañero salto prácticamente del asiento tumbándose en el piso y la Jenny automáticamente subió a sentarse en la mesa. Yo, con mis ojos metidos en la pantalla del portátil me dirigí a mi compañero de una forma represivamente feminista diciendo: “que machista eres al usar el discurso de la caballerosidad”, el me miró anonadado y me pregunto: “¿discurso de la caballerosidad?”…

¿qué es la caballerosidad? Actuar bajo la premisa de ser caballero? Pero, ser caballero no era el hecho de ser hombre dentro de la nobleza o provenir de una familia acaudalada? Entonces sería actuar siendo hombre que da la cara por la nobleza o por una familia acaudalada? O simplemente serán una serie de acciones que indican que esa persona ignora totalmente que las capacidades de otra son iguales a las suyas y por esto cree que sus acciones pueden suplir la falencia de las de la otra persona?... Lo digo sin intención de ofender la construcción de ciertas identidades y sin querer establecer un discurso feminista sobre uno machista por que sería hacer lo mismo.

En cuanto a esta cuestión, no pretendo exigirle a la sociedad actual que de un día para otro madure y se enmarque en discursos de igualdad, paz y oportunidades para todos, por que se que la imposibilidad se enmarca en cuestiones de tiempo, más no en recursos y espacio. Planteo esto por que sencillamente quisiera que, en un futuro no muy lejano, cuando se hablara de caballerosidad, solo fuese para recordar lo cavernícolas que éramos incluso a 9 años del nuevo milenio, de seguir poniendo en práctica este discurso. En que consiste? Pues bien, en que una persona, natural o jurídica, específicamente hombre, preferiblemente enmarcado en un contexto occidental de la nueva era, proceda a realizar cualquier acción, cumplido o comentario que usted, mujer de cualquier raza y nacionalidad, religión y preferencia sexual, esta en la total capacidad de realizar, pensar, producir o notar con excusas de agradar, enamorar o simple consideración heredada sobre desigualdad de condiciones o tratos especiales.

No es una amenaza, denuncia o represiva a los compañeros. Es una reflexión teórica sobre un conjunto de conocimientos que se siguen heredando y adquiriendo en una era en la que las citas son por videochat y las puertas se abren al oprimir un solo botón. Como socióloga en formación quisiera que las relaciones sociales se reforzaran y no se fragmentaran por el hecho de la tecnología, pero eso también depende de dejar costumbres medievales atrás para darle paso a la solidaridad igualitaria y no excluyente, entre hombres, mujeres, pero también entre razas y nacionalidades.