martes, 1 de diciembre de 2009

EPÍSTOLA 1. Cartas de amores y desengaños por: Lola

Srta. ******...

Quiero estar con usted. A pesar de las estupideces que por mi cabeza pudieron pasar en el crepúsculo de ayer, sé, que ningún arrepentimiento ni ningunas ganas de huir me van a alejar de usted. Pienso, he sido una ambiciosa y eso no tiene remedio. He sido ambiciosa al querer sus labios todo el tiempo y solo para mi, he sido ambiciosa al querer sus abrazos todo el tiempo y solo para mi, he sido ambiciosa al querer su pelo, todo el tiempo y solo para mi, y soy una ambiciosa por quererla a usted toda para mi, todo el tiempo.

Quiero que se entere de que mi corazón ha estado mucho tiempo solo, sin calor. Y mi cuerpo así mismo quiere calor pero no un calor callejero, quiere un calor lleno de cariño y comprensión.

Desde que usted esta en mis amaneceres y mis anocheceres, no he parado de considerarla en cada pensamiento que se cruce por mi mente, y pienso, que lo del día de ayer fue mucho más que una confesión de que la quiero junto a mi mucho tiempo.

Pero, amanezco hoy y veo, que no encuentro su preocupación por mi en ningún lado de la pantalla. Lo sé. Sé que no tenias y no sabias que decir anoche. Creo que… he cometido el error de hacerle pública mi ambición y por esto no le encontré después de huir de mí misma anoche.

El objetivo de esta epístola es, pedirle con mi corazón y mi promesa de un beso en nuestro próximo encuentro, que olvide mi ambición de ayer, que no se sienta aludida, que no busque en lugares recónditos que pensar o que responder a mi brusca perturbación. Le pido que olvide que le he dicho que se comprometa de alguna forma conmigo. Que solo este conmigo, eso es lo único que le pido, que este conmigo, que me deje llenarla de muchas formas, que me permita entrar en sus ojos cada noche, que me permita tener en el regazo de mi historia su cuerpo y su mente. Que me permita besarla como desde el primer día, que le confesé mi gusto por usted, lo he hecho. Que entienda mi cariño. Que entienda que soy una vagabunda en las calles buscando un farol para que me de calor, y que ese farol en este momento es usted, y así como me lo ha enseñado la calle, me permita conservarla todo el tiempo que me pueda dar ese calor. Y no crea que pienso agotar su llama, no. No es de mí quererla agotar y quererla dañar. Soy la que quiere que reciba mis atenciones que así seré feliz.

Olvida la palabra que puede darle nombre a esto. Olvídala, y permanece conmigo.

Olvida mi comportamiento de ayer. Olvídalo y abrázame.

Olvida que soy una ambiciosa. Olvídalo y bésame.

Olvida que quiero que olvides y después hagas algo. Olvídalo y haz lo que creas correcto.

Lola.

No hay comentarios:

Publicar un comentario